Imaginate entrar a una casa y tomar una planta para analizarla. Es necesario tener autorización del dueño para hacerlo, ¿verdad? El mismo razonamiento hizo el profesor e ingeniero agrónomo, Rubén Figueroa (58), cuando propuso investigar las especies autóctonas de los Pueblos Originarios en la Escuela Agrotécnica Miguel A. Torres de Tafí del Valle.

“En el proyecto salió naturalmente pedir esa autorización”, comentó. Sin embargo, cuando el Cacique Santos Pastrana fue contactado por el profesor, se llevó una grata sorpresa y afirmó: “nunca nadie nos había pedido autorización para trabajar sobre nuestros suelos”. Pero el profesor tenía una respuesta a eso: “nosotros estamos dentro del territorio de los Pueblos Originarios y es nuestro deber hacerlo”. Por eso no dudó y puso en marcha un proyecto que sirva para devolverle al Valle “un poco de todo lo que le dio”.

Rubén Figueroa comenzó a realizar el proyecto de cultivo in vitro dentro del marco de las prácticas profesionalizantes de la Escuela Agrotécnica de Tafí del Valle. El proyecto consiste en aplicar este método que aprovecha una propiedad conocida como “totipotencia” (capacidad que tiene una célula vegetal de generar una planta nueva llevada a condiciones adecuadas y estables de temperatura, luz y humedad). Las plantas que se trabajan con dicho método son autóctonas y pertenecen a los Pueblos Originarios.

CULTIVO IN VITRO

El proyecto fue reconocido a nivel nacional con el Premio Presidencial “Maestros Argentinos” 2018, mediante el cual Figueroa logró el puesto número siete que le permitió adquirir un importe de $ 100.000 que debía ser destinado específicamente a la investigación. Este impulso les permitió seguir refaccionando el laboratorio para generar las condiciones ideales mencionadas.

Sin embargo, el proyecto pensado por el profesor no tiene únicamente un fin científico ya que busca reconectar vínculos con los antepasados y brindarles investigaciones sobre especies que para ellos son sagradas. “Tienen otro sentido que va más allá y que por ahí uno solo lo entiende desde la cultura de los pueblos”, explicó.

RUBEN JUNTO A SUS ALUMNOS

En cuanto a sus alumnos, Rubén está motivándolos constantemente. “Por ahí también buscamos que los chicos se involucren, que vean cómo tiene que ver con su cultura. Es importante, sobretodo, que el sistema educativo lo haga de manera formal”, dijo y resaltó: “dentro del proyecto, los chicos le preguntan a la gente mayor sobre especies que conozcan y cuando ven que ya no están tan cerca, intentan traerlas e intervenirlas con el cultivo in vitro”.

Con la satisfacción de ser un proyecto bien recibido por las comunidades de los valles, Rubén apunta a continuar creciendo y en algún momento poder brindar capacitaciones para que ellos se animen a tener su laboratorio; para que, en un futuro, se pueda trabajar en red junto con otras comunidades.